viernes, junio 24

Mirando al techo.

Porque miras al techo D, -porque si miras hacia arriba no puedes llorar-.
Por que no aceptas como son las cosas D.
Y como son J.
Las cosas son dificiles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La Tumba India
Había una vez un maharajá en Eschnapur que amaba con locura a una bailarina del templo y tenía un amigo llegado de lejanas tierras, pero la bailarina y el extranjero se amaban y huyeron, y el corazón del maharajá albergó tanto odio como había albergado amor, y entonces persiguió a los amantes por selvas y desiertos, los acosó de sed, los hizo adentrarse en el reino de las víboras venenosas, de los tigres sanguinarios, de las mortíferas arañas, y en el fondo de su dolorido corazón el maharajá juró matarlos porque ellos lo habían traicionado dos veces, en su amor y en su amistad, y por ello mandó llamar al constructor y le dijo que debía erigir en el más bello lugar de Eschnap una tumba grande y fastuosa para la mujer que él había amado. . .

Y entonces el constructor dijo: "Senor, siento que la mujer que amáis haya muerto", pero el maharajá preguntó: "Quien dice que ha muerto? Quien dice que la amo?", y el constructor se turbo y dijo: "Señor, creí que la tumba sería un monumento a un gran amor", y entonces contestó el maharaja: "No te equivocas: la tumba la construye ahora mi odio. Pero cuando pasen muchos años, tantos años que esta historia será olvidada, y mi nombre, y el de ella, la rumba quedará solo como un monumento que un hombre mandó construir en memoria de un gran amor.

José de la Colina: La tumba india