domingo, julio 17

Domingo gris.


Es jodidamente extraño el percatarse que a pesar de la distancia y de tantas pendejadas sigue encontrando las mismas cosas que tú, lee las mismas pendejadas que tú. Domingo en la mañana se me encoge el estómago, quizá de tristeza, lo que me preocupa es que se encoja tanto que saque el contenido. Lo cierto es sin embargo que estos días he encontrado una especie de venia del cielo, como antier que me acosté en la azotea esperando que lloviera o hiciera mucho frío para enfermar y la noche fue bastante cálida y dormí bien a la intemperie. La semana que viene iré a recoger la visa de residente que había tramitado, me sienta extraño el suceso, me siguen llegando cada de tanto recordatorios de lo que está mal y es que mi manía de dejar todo preparado con anticipación y ya no dependiendo de mí, me está pasando facturas muy caras.